Sin embargo, no debes olvidar introducir la pasta en tú alimentación. Son fuente principal de hidratos de carbono y presentan un índice glucémico bajo.
El índice glucémico (IG) se define como el incremento del nivel de glucosa en sangre tras la ingesta de alimentos que contienen hidratos de carbono.
Los alimentos con IG bajo son digeridos y absorbidos lentamente y elevan progresivamente la glucemia. En este grupo encontramos: cereales (pasta, pasta integral, arroz basmati), legumbres (lentejas, judías pintas, semillas de soja, guisantes), frutas (manzana, naranjas, uvas, peras, melocotones), lácteos (leche entera, leche desnatada, yogures), verduras (batata, zanahorias) y azúcares (fructosa, lactosa, chocolate).
¿Beneficios de los alimentos de bajo IG?
- Mejoran el control de la glucosa en diabéticos.
- Mejoran los factores de riesgo de la enfermedad cardíaca al mejorar el perfil lipídico y disminuir las concentraciones elevadas de triglicéridos en sangre en personas con hipertrigliceridemia.
- Ayudan a reducir el peso corporal.
- Posible efecto protector frente al riesgo de sufrir cáncer de colon y mama.
Además de hidratos de carbono, la pasta es rica en fibra, minerales y vitaminas. Sin embargo, esto sólo está presente en la pasta integral ya que a diferencia de la pasta blanca, no está sometida a ningún proceso de refinamiento y conserva todo el salvado y el germen, que es donde se encuentra la fibra, los minerales y las vitaminas. A partir de ahora verás que todas nuestras recetas estarán elaboradas con pastas integrales. No hay que obsesionarse con la alimentación, pero hay pequeños hábitos que no nos cuesta nada adoptar o cambiar para llevar una alimentación más saludable y por lo tanto, una vida más sana.
Pues después de esta clase de nutrición (espero que no aburrida), un plato de pasta puede ser muy socorrido para cuando no sabes qué hacer, cuando se te ha olvidado sacar la comida del congelador o cuando tienes sobras en la nevera.
Nosotros siempre comemos una vez a la semana pasta (mínimo, los fines de semana suele caer algo de pasta aunque menos "sana"), y siempre con restos, sobre todo verdura. En este caso teníamos unos cuantos tomates cherrys, una bolsa de espinacas ya abierta y queso ricotta. Con esta combinación conseguimos un plato nutritivo, saciante y sobre todo rico.
También aprovechamos para saltear los tomates y las espinacas, el aceite de ajo que habíamos hecho para la pizza.
Como ya hemos comentado en otras entradas, recuerda que cuando añadas verduras de hoja verde, lo hagas con el fuego apagado para conservar todas las vitaminas y los minerales.
Parecen muchas espinacas, pero con el calor de la sartén se va reduciendo su tamaño, así que no te cortes a la hora de añadirlas sino te quieres quedar sin espinacas en tu plato.
Como siempre aquí les dejamos el valor nutricional de este delicioso plato:
"El que encuentra una afición remunerada, está salvado" (Jc Máster)
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